Moro era un perro vagabundo y sobre todo.. temido.
Los hechos ocurrieron en Fernán Núñez - Córdoba. Todos sabían que Moro se adelantaba a los acontecimientos que iban a suceder en el pueblo, pero nadie lo quería cerca por superstición y miedo.
El caso de este perro es escalofriante.
Moro sabía exactamente quién iba a morir y se iba a la puerta de la casa del vecino que iba a fallecer ese día, allí esperaba pacientemente la hora, tranquilo en la puerta de la casa.
No sólo esperaba a que muriera el vecino, él esperaba y acompañaba al féretro hasta que era enterrado en el cementerio local, quedándose a ver su sepelio.
Los vecinos, como es lógico, se asustaban por aquello. En muchas ocasiones intentaron tirar a Moro del pueblo, pero no lo consiguieron. Incluso llegaron a meterlo en dos ocasiones en una camioneta de transporte sin que se enteraran sus conductores, en la primera de ellas, Moro finalizó su viaje en Granada y en la segunda llegó hasta Ciudad Real, pero las dos veces volvió al pueblo a los pocos días, regresaba caminando.
Había una vecina del pueblo que era la única que se atrevía a acercarse al perro durante muchos años, lo alimentaba y ella misma fue la primera que vio a Moro en el entierro de un familiar. Desde aquel día, lo acogió en su casa, porque consideraba que la había acompañado en aquel día tan triste.
El perro se acercaba hasta la carretera y en más de una ocasión lo encontraron sentado en el borde, esperando, a las pocas horas siempre aparecía por allí un coche fúnebre.
Se tiene constancia de que Moro asistió a más de 600 entierros, todas esas muertes pudo predecirlas.
Hasta el último día de su vida estuvo acompañando a cada uno de los vecinos de Fernán Núñez que fallecían.
El caso de Moro fue tan especial, que tiene un monumento en su pueblo.
Se sabe que los perros suelen predecir muertes, muchos aullan, otros lloran, pero sin duda el caso de Moro es extraordinario.
Es normal que los vecinos del pueblo se asustaran al verlo, seguramente en ese momento ya podían temer la muerte de alguien cercano, pero si lo miras desde otro punto de vista, Moro lo que hacía era acompañar a todas esas almas en esos momentos.
Los hechos ocurrieron en Fernán Núñez - Córdoba. Todos sabían que Moro se adelantaba a los acontecimientos que iban a suceder en el pueblo, pero nadie lo quería cerca por superstición y miedo.
El caso de este perro es escalofriante.
Moro sabía exactamente quién iba a morir y se iba a la puerta de la casa del vecino que iba a fallecer ese día, allí esperaba pacientemente la hora, tranquilo en la puerta de la casa.
No sólo esperaba a que muriera el vecino, él esperaba y acompañaba al féretro hasta que era enterrado en el cementerio local, quedándose a ver su sepelio.
Los vecinos, como es lógico, se asustaban por aquello. En muchas ocasiones intentaron tirar a Moro del pueblo, pero no lo consiguieron. Incluso llegaron a meterlo en dos ocasiones en una camioneta de transporte sin que se enteraran sus conductores, en la primera de ellas, Moro finalizó su viaje en Granada y en la segunda llegó hasta Ciudad Real, pero las dos veces volvió al pueblo a los pocos días, regresaba caminando.
Había una vecina del pueblo que era la única que se atrevía a acercarse al perro durante muchos años, lo alimentaba y ella misma fue la primera que vio a Moro en el entierro de un familiar. Desde aquel día, lo acogió en su casa, porque consideraba que la había acompañado en aquel día tan triste.
El perro se acercaba hasta la carretera y en más de una ocasión lo encontraron sentado en el borde, esperando, a las pocas horas siempre aparecía por allí un coche fúnebre.
Se tiene constancia de que Moro asistió a más de 600 entierros, todas esas muertes pudo predecirlas.
Hasta el último día de su vida estuvo acompañando a cada uno de los vecinos de Fernán Núñez que fallecían.
El caso de Moro fue tan especial, que tiene un monumento en su pueblo.
Se sabe que los perros suelen predecir muertes, muchos aullan, otros lloran, pero sin duda el caso de Moro es extraordinario.
Es normal que los vecinos del pueblo se asustaran al verlo, seguramente en ese momento ya podían temer la muerte de alguien cercano, pero si lo miras desde otro punto de vista, Moro lo que hacía era acompañar a todas esas almas en esos momentos.
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